DESARROLLO DE LAS TEORIAS DEL ADN: WATSON Y CRICK
Al mismo tiempo que los genetistas
estudiaban la transformación de bacterias, los bioquímicos aprendían acerca de
la composición molecular del ADN. Con base en sus estudios, sabemos que el ADN
de todos los organismos de la Tierra, desde las bacterias hasta el bisonte, se
compone de cuatro pequeñas subunidades llamadas nucleótidos. Cada nucleótido
del ADN consta de tres partes: un grupo fosfato, un azúcar llamado
desoxirribosa y una de las cuatro bases nitrogenada, que son adenina (A),
timina (T), guanina (G) o citosina (C).
En la década de 1940, Chargaff analizo
las cantidades relativas de los cuatro nucleótidos en el ADN de diversas
especies y encontró una curiosa regularidad. El ADN de cualquier especie
contiene cantidades iguales de adenina y timina, así como cantidades iguales de
citosina y guanina. La observación de Chargaff era sin duda significativa; solo
faltaba que alguien averiguase cual era su significado en relación con la
estructura de ADN.
Determinar la estructura de cualquier
molecula biologica no es tarea sencilla, incluso para los científicos de hoy.
No obstante, hace 50 años, varios científicos habían comenzado a estudiar el
ADN con la esperanza de aprender más acerca de su estructura. Los científicos
británicos Maurice Wilkins y Rosalind Franmklin estudiaron
la estructura del ADN mediante difracción de rayos X, mediante esta técnica descubrieron
que la molécula es de forma helicoidal, el ADN tiene un diámetro uniforme de 2 nanómetros
y el ADN se compone de subunidades que se repiten.
Los datos químicos y de difracción de
rayos X no brindaban la información suficiente para que los investigadores
dedujeran la estructura del ADN; se necesitaban además algunas conjeturas
acertadas. Combinando el conocimiento de cómo se enlazan las moléculas orgánicas
complejas con la intuición de que “los objetos biológicos importantes se
presentan por pares”, James Watson y Francis Crick propusieron un nuevo modelo
para el ADN. Estos investigadores sugirieron que la molécula de DNA se compone
de dos cadenas de ADN, o polímeros de nucleótidos unidos. Dentro de cada cadena
de ADN, el grupo fosfato de un nucleótido se enlaza con el azúcar del siguiente
nucleótido de la cadena. Esta modalidad de enlazamiento produce un esqueleto de
azucares y fosfatos alternados y unidos por enlaces covalentes. Las bases
nucleótidas sobresalen del esqueleto de azúcar – fosfato.
Todos los nucleótidos de una cadena
individual de ADN, están orientados en el mismo sentido. Estas orientaciones
regulares hace que los dos extremos de una cadena individual de ADN sean
diferentes: un extremo de una cadena individual de ADN tiene azúcar “libre” o
no enlazado y el otro extremo de la cadena de ADN tiene un fosfato “libre” o no
enlazado.
Watson y Crick propusieron que las dos
cadenas de ADN se mantienen unidas, en virtud de los puentes de hidrogeno que
se forman entre las bases sobresalientes de las dos cadenas individuales de
ADN. Estos enlaces confieren al ADN una estructura semejante a una escalera,
con los esqueletos de azúcar-fosfato hacia afuera y las bases nucleótidas hacia
adentro. Sin embargo las cadenas de ADN no son rectas sino que están enrolladas
una alrededor de la otra formando una doble hélice, de forma muy similar a una
escalera que se reduce a lo largo, para formar una escalera de caracol, estas
cadenas de ADN están orientadas en sentidos opuestos. Es importante mencionar
que la adenina forma puentes de hidrogeno solo con la timina y que la guanina
forma puentes de hidrogeno solo con la citosina.
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